top of page

Presentarte con el sociólogo estadounidense y fundador de Desarrollo Luz Dorada, es como invitarte al mundo de la inspiración. O como Harold Moskovitz dice: “Más que impresionar, mi intención es de inspirar a la gente para que se conozcan a sí mismo. El ser maestro implica tener discípulos…prefiero tener alumnos a quienes motivar para que crean en ellos mismos; ya que lo que ven en mi, está en todos.” Y aunque al psíquico no le gusta tanto que le llamen maestro, es sin duda una persona que habla con convicción, con certeza y con la sabiduría que da la experiencia.

 

Que él no se convirtió en el tan querido y desatacado psíquico sanador de un día para otro lo demuestra su viaje de desarrollo hacia el maestro, profesor, clarividente, fundador y escritor que conocemos hoy día. Como niño sufrió de severas bronquitis cuatro veces al año, hasta que entendió que era su tristeza la que invitaba a la enfermedad a su cuerpo.


Mientras experimentaba estos síntomas en su mundo físico, se divertía espiritualmente en el mundo de la energía. Y sin saber de que se trataba exactamente, descubrió a la edad de 5  la alquimia de la energía encantado al mover las cosas con su mente. Jugando entra poco a poco en este maravilloso mundo energético ofreciéndole cada vez más sorpresas. Así fue como a los trece años, se asombra al ver el aura de los pajaritos sentados en los cables de teléfono.

 

A la revista Tu Destino (Perú)Harold cuenta “Cuando me lo proponía, veía a las aves envueltas en un halo colorido y luego cuando parpadeaba, los colores desaparecían.“ Más tarde Harold entiende que esta capacidad está presente en todos los seres humanos, y que es producto de la programación y resistencia que la mayoría de las personas no sean capaz de experimentarla: “Todos tenemos la capacidad de ver claro, sólo es necesario darse el permiso de creer en uno mismo por sobre lo que dice la cultura y los demás.” O como lo explica en El Suplemento (Perú) “Cada uno de nosotros tiene la destreza de percibir nuestros más altos niveles de conciencia, y de escuchar la voz de nuestro yo superior.”


Este descubrimiento invita al autodidacta a pasar horas en la biblioteca leyendo todo lo relacionado con la clarividencia, poco a poco se acostumbra a ver el aura a voluntad y desarrolla los principios que posteriormente se convertirían en su filosofía. Fue a su padre a quien por primera vez le vio el aura en su totalidad.

 

El psíquico y clarividente asegura en El Expreso(Chile)  “todos tenemos una envoltura síquica que jamás se desprende de nosotros, porque es nuestra propia esencia, que refleja lo que sentimos, deseamos y pensamos”.

“Cuando me lo proponía, veía a las aves envueltas en un halo colorido y luego cuando parpadeaba, los colores desaparecían"
H.M.

DESARROLLO LUZ DORADA

Con Harold Moskovitz

Dale play

bottom of page